La función del árbitro es
hacer cumplir las reglas. En algunos deportes, el mal llamado “juez” tiene
mayor importancia que en otros durante el desarrollo de un partido. En el caso
del rugby resulta fundamental su participación.
Al ser un deporte de
contacto físico permanente, sus intervenciones apuntan a mantener el espíritu
del juego limpio que se pregona en el reglamento. De no respetarse principios
tales como la conducta, el espíritu y la caballerosidad, el rugby pasaría a ser
un juego bárbaro similar a los que se disputaban antes, en el cual la violencia
causaba estragos. Por este motivo, la tarea del árbitro en este deporte es tan
decisiva.
Francisco Pastrana, único
árbitro argentino internacional, lo explicó muy clara y brevemente a este
sitio: “La seguridad es la prioridad número uno en los partidos, es una de las
pocas cosas que no se negocian. Siempre tratamos de cuidar a los jugadores y de
ser severos en caso de juego desleal”.
Al revisar el reglamento, se
puede notar que a lo largo de los años se modificaron muchas reglas con dos
objetivos claros: el de agilizar el juego para que sea más atractivo y el de
cuidar la integridad física de los jugadores. El rugby es el deporte que
modifica las reglas con mayor frecuencia.
Este año, la International
Rugby Board sancionó algunas leyes que ya se incorporaron en algunos torneos
internacionales. En Argentina se usarán a partir del 2013. Algunas de ellas
son:
- El ruck, una de las
jugadas más complicadas para los árbitros, cambió por completo. Una vez que la
pelota esté disponible, habrá un máximo de cinco segundos para jugar la pelota.
En caso de que el equipo que tenga la posesión no lo haga, se sancionará scrum
para el rival.
- Luego del try, habrá
1m30seg como máximo para ejecutar la conversión. Según la IRB, en dicho lapso
es donde más tiempo se pierde en un partido.
- El cuarto árbitro
(TMO) tendrá una mayor influencia en las decisiones. Antes, sólo intervenía
cuando el árbitro principal lo requería. Ahora podrá hacerlo ante cualquier
jugada y en cualquier momento.
Estos son algunas de los
tantos cambios que sufrió el reglamento de rugby con el paso de los años. La
IRB apuesta por un deporte más ágil, en el cual las defensas no sean siempre
las ganadoras, y en el cual la mala intención sea castigada severamente.
En otra de las respuestas
interesantes que dejó “Achi” Pastrana a este medio, se refirió a la mala
intención de algunos jugadores: “Se ve poco, pero existe. De todas maneras, el
rugby es un deporte muy leal. Muchas veces se confunde violencia con
agresividad y jugar fuerte con mala intención”.
El rugby siempre se
caracterizó por ser un deporte con muchos valores, como el respeto y la
caballerosidad. Y el árbitro no está exento a ésto. Sus decisiones deben ser
aceptadas y nunca criticadas. Así lo entienden la mayoría de los jugadores. La
obediencia a la autoridad es uno de los principales puntos de partida.
Jorge Búsico, periodista
especializado en rugby, publicó en una nota al diario La Nación: “El árbitro
siempre tiene razón, aunque se equivoque”. A partir de esta definición se puede
empezar a entender la diferencia entre el rugby y los demás deportes.
El árbitro, jugador número 31. Una forma de querer al rugby.
No hay comentarios:
Publicar un comentario